Forte de São Luís Gonçaga

Según los planos conservados se trata de una fortificación de planta pentagonal con baluartes en cada uno de sus vértices, que, aunque en la planta de 1800 sería un modelo regular, por lo que podemos apreciar gracias al plano efectuado por Jaime Garrido y al mapa de pendientes obtenido a partir del LiDAR, realmente se trata de un pentágono irregular. A diferencia de lo que vemos en la planta de 1800, el fuerte realmente presenta unos baluartes muy desarrollados a lo ancho, con una gola muy amplia y unas cortinas entre baluartes muy pequeñas, sobre todo en el frente del río. Se completa la fortificación, según Garrido, con una serie de defensas exteriores, entre ellas una falsabraga con parapeto de piedra que aparece representada en el perfil del plano de Aparici, rodeada por una estacada y el foso (Garrido 1989: 101). Dibujó además el arquitecto una serie de caminos cubiertos, uno de planta en zig-zag que discurre paralelo al frente del río y que en el mapa de pendientes también se aprecia como una línea ondulante en color más oscuro. Otros se localizan en una zona en pendiente situada hacia el SW del fuerte, donde Garrido representa un camino cubierto de planta en L que conduce a una atalaya y otro camino cubierto situado al N de esta.

Otro aspecto a tener en cuenta es el acceso a la fortificación. En el plano de Apararici no se representa ninguna puerta. Sin embargo, actualmente las estructuras del fuerte están cortadas por vario accesos, que, dado el estado de la fortificación, no sabemos si son recientes o se corresponden con el acceso original. Uno de ellos lo representa Garrido en el baluarte S, y delante del mismo representa también un camino cubierto de planta triangular que podría estar funcionando como una defensa del acceso. Esta misma forma triangular se aprecia también en el mapa de pendientes, por lo que podría localizarse aquí la puerta original del recinto, pero no podemos aseverarlo con total seguridad.

Nosotros no hemos podido documentar la mayor parte de las defensas exteriores que comenta Jaime Garrido, únicamente algunos tramos del foso y la Atalaia de Santa Teresa. Realmente es difícil reconocer in situ estas formas, se aprecian algunos tramos de los parapetos y del foso, pero no se distingue la planta general del fuerte, ya que el sitio está ocupado por vegetación arbórea y las formas de la fortificación están muy terraplenadas. Sin embargo, como ya hemos comentado, algunas de estas estructuras son perceptibles en el mapa de pendientes, donde destaca, sobre todo, además del propio fuerte, la atalaya situada al SE del mismo.

Según Antunes, en el interior del fuerte había cuarteles, caballerizas y almacenes y estaba preparado para albergar dos mil infantes y 500 caballos (Antunes 1996: 186). El fuerte estaba realizado “tierra, fajina y estacada” y se usaría piedra para el parapeto de la falsabraga y la puerta de entrada (Garrido 1989: 101).

Referencias:

Garrido Rodríguez, J. 1989. Desconocimiento y abandono del patrimonio arquitectónico militar del Bajo Miño. En VV.AA. Actas do 1º Congreso Internacional Gallaecia (A Guarda, Noviembre de 1988), pp. 99-123. Vigo: Artes Gráficas Galicia, S.A.

Antunes, J. M. 1996. Obras militares do Alto Minho: A Costa Atlântica e a Raia ao serviço das Guerras de Restauração. Dissertação de Mestrado em Arqueología apresentada na Facultade de Letras da Universidade de Porto. Inédita. Porto: Universidade de Porto.